Para decorar las dos entradas anteriores que hicimos en este Blog relacionadas con los Juegos Olímpicos, ahora les ofrecemos un nuevo trabajo de uno de nuestros colaboradores. Fuertemente impregnado por aquello con lo que el mismo General Perón había definido al Movimiento Nacional Justicialista como profundamente Humanista y Cristiano. Por supuesto que las definiciones como ésta, o como las que hace Soren, despiertan polémicas y disputas, pero eso es más que deseable, toda vez que de esos debates se seguirán seguramente buenos frutos.
Por supuesto que nos desagradan los JJOO tal y como se desarrollan en esta modernidad que nos toca vivir y no solo por el "ejemplo" Chino.
"Queremos que las futuras generaciones argentinas sepan sonreír desde la infancia.
Luchamos, los hombres de este gobierno,
porque vosotros, los niños, podáis vivir despreocupados del presente, entregados
a vuestros juegos y a vuestros estudios, seguros del porvenir".
Juan Domingo Perón.
El sostenido éxito en la consecución de logros deportivos en los corrientes juegos olímpicos por parte de los participantes de China, esconden en gran medida una perspectiva de nula difusión a quienes vitorean tales logros a los cuatro vientos. Los mismos se componen de verdaderos “campos forzados de entrenamiento”, en dónde los niños son expuestos a extensas sesiones de extenuante trabajo físico, con el único fin de crear máquinas de obtener medallas.
Sostenemos que este proceso de desindividualización y consecuente deshumanización al que son sometidos lo niños, reflejan la verdadera esencia del totalitarismo, esencia que fue advertida por el General Perón dentro de las ideologías que históricamente se han ofrecido como aparentes únicas opciones de organización política para los pueblos: El Capitalismo y el Comunismo.
Perón afirma: “Se presenta la elección entre capitalismo y comunismo como opciones inevitables. Nosotros percibimos el error de considerar, como únicas alternativas, a dos posiciones extremas que han servido para la dominación. Así surgió la “Tercera Posición”.
La concepción del hombre que emana del pensamiento comunista, es que el mismo no representa más que un simple eslabón de una cadena que tiene como único fin el cumplimiento de una misión histórica.
Esta especie de sistematización de la existente, concibe una realidad inmutable en la que los hombres son meros espectadores de un proceso inevitable y que todo arrolla a su marcha: la supuesta revolución mundial, enmarcada en un proceso de violencia e intolerancia constantes.
En esta perspectiva, el régimen totalitario chino encuentra en los niños a los depositarios de un mensaje que acabará por mostrar al mundo el grado de veracidad que poseen sus perspectivas históricas. Como muestra de poderío, el deporte pasa a formar parte de un todo homogéneo en el que se vuelve solo un reflejo de un sistema político centralizado y despótico.
Todo en pos de mostrar a la humanidad lo acertadas que son sus premisas. No sólo alcanza con mostrar en reiteradas ocasiones un poderío militar que anhela internamente la sustitución de la actual supremacía mundial por otra supremacía, con distinta denominación, pero con idéntica esencia: la imposición de ideas por cualquier medio.
Esto resulta claro en palabras de Perón: “ Tanto en uno como en otro caso, las revoluciones comunistas, fascistas y nacionalistas, como las evoluciones británicas y norteamericanas toman el mismo camino: la supresión de los partidos políticos”.
El enmascaramiento de esta realidad autoritaria y violenta intenta esconder una intención de dominio global a cualquier precio.
En la antípodas de este imperialismo televisado, encontramos la posición de Perón con respecto al cuidado y crecimiento de los niños de un verdadero país libre, justo y soberano.
La consigna de “Los únicos privilegiados son los niños” fue el faro hacia el cual Perón y Evita dirigieron sus vidas.
La construcción de Centros deportivos integrales, en dónde los niños practicaban deportes con asesoramiento de docentes especializados, pasaban su período vacacional y encontraban su sitio de recreación y socialización, sumado a los Centros para niños huérfanos (Verdaderos complejos habitacionales en los que los niños fueron pilares para encontrar una infancia digna), la construcción de parques de diversiones gratuitos, cines infantiles, Hospitales materno-infantiles con tecnología de Vanguardia, sumado a la ayuda internacional que Perón ofreció desinteresadamente a los pueblos que intentaban reconstruirse luego de la Segunda guerra Mundial, y en el que la ayuda a los menores significó un gesto de solidaridad histórico, nunca antes ni luego acontecido, reflejan la posición que los niños ocupaban en el gobierno del General Perón.
Comentado por el General, estas fueron las principales causas por las que mientras Perón dirigió las riendas de la Patria, no aconteció un solo caso de delincuencia en el que algún niño haya estado involucrado, ni haya estado des-escolarizado.
Este modelo de hombre, que reflejaba un modelo de sociedad libre y justa, fue discutido por los mismos métodos por los cuales los autoritarios discuten sus ideas: por la imposición y las bombas.
Tal vez los niños de hoy serían más felices si un grupo de cipayos no hubiera bombardeado la Plaza de Mayo en 1955, devolviendo al país a los esquemas de miseria y exclusión a los que estaba acostumbrado antes de Perón.
En una de las últimas oportunidades en que Eva Perón se dirigió a su pueblo afirmó: “Me gustaría que cuando el pueblo argentino se deje acariciar por el recuerdo, diga: En esos años éramos más felices. Perón estaba con nosotros”.