miércoles, 11 de enero de 2012

Panorama del fenómeno erosivo en playas del sur bonaerense


Desde Mar del Plata hacia el sur, predominan las situaciones erosivas, aunque de diversa intensidad. Entre las causas principales se destacan, las grandes construcciones portuarias, la forestación o la directa eliminación de los médanos. Se destaca la excepción del balneario Marisol —ex Oriente—,  cuyos pobladores dejaron la playa sin urbanizar.

¿La erosión en las costas del sur de la Provincia de Buenos Aires es tan grave como, por ejemplo, en el Partido de la Costa? “No, no es tan importante. Aunque desde Mar del Plata hacia el sur de la provincia el panorama es muy heterogéneo porque las zonas tienen características geográficas muy distintas”. Así comenzó la entrevista que Gerardo Perillo ofreció a TELAM. Él es investigador superior CONICET y del Instituto Argentino de Oceanografía, y fue uno de los primeros científicos del país en hacer estudios de playa.
Para conocer más sobre el estado de las costas sureñas de la provincia, Perillo comenzó su análisis en el tramo que separa a Mar del Plata de Miramar. “Es una costa de acantilados y, como ocurre en el resto de la costa, desde el sur de Río Negro hasta Tierra del Fuego, están en un fuerte proceso erosivo. Incluso, hay algunos balnearios que ya han desaparecido”.
El motivo de la erosión, en este caso, parece estar en la morfología de la costa. “A diferencia de las playas extendidas y con médanos que, en algún momento, se supone que tuvieron un período de depositación de sedimentos y de acumulación; las costas acantiladas, normalmente, están siempre en una etapa erosiva”, aclaró el investigador.
Más al sur, se encuentran otros dos lugares problemáticos: Quequén y Necochea. Según el doctor Perillo, “originalmente, hacia fines del siglo 19 y principios de siglo 20, Quequén era el verdadero balneario y Necochea no existía como ciudad balnearia. Incluso, todavía se pueden observar en la zona los palacetes de los antiguos veraneantes. Pero cuando a fines del siglo 19 se construyó el puerto de Quequén, se generó el mismo problema que en Mar del Plata”. En Quequén, junto con el puerto, se construyeron dos escolleras. De esta manera, se eliminó la circulación de la deriva litoral y comenzó a erosionarse la zona de Quequén y a formarse la playa en Necochea. “Hoy Quequén está en un estado de erosión muy grave. Hay lugares donde las casas cercanas a la costa están muy complicadas”, comentó Perillo.
Entre Necochea, que es una zona de acumulación, y Monte Hermoso, la costa presenta muy pocas localidades balnearias. “Allí, casi no se observan efectos erosivos, a excepción del caso de Orense”, aseguró el investigador del CONICET. “Lo que se hizo en el balneario de Orense —continuó Perillo— fue forestar el llamado “Médano 40” para evitar que la arena tapara las casas del pueblo, como ocurrió en el antiguo balneario Oriente. Y al hacer la forestación, se cortó la comunicación entre el médano y la playa, y ésta se comenzó a erosionar en forma significativa”.


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Crédito: Dr. Gerardo Perillo
La destrucción de esta playa de Monte Hermoso llevó al mar hasta el pie de las casas.


Perillo sostiene que una de las peores cosas que se pueden hacer en la costa es forestar o hacer construcciones sobre los médanos, especialmente sobre el médano frontal. “Este es el almacén de arena de la playa. Si se elimina el médano, la playa se queda sin su reposición de arena cuando hay una tormenta. Por eso tiene que quedar siempre libre y donde lo han destruido, como por ejemplo en Orense o en Monte Hermoso —donde directamente se lo eliminó—, lo que hay que hacer es volver a generar un médano costero, porque esa es la única solución para poder recuperar la playa”.
Si se sigue el recorrido costero hacia el sur, se llega al balneario Marisol, “el único lugar de la costa argentina donde las cosas salieron bien, pero de casualidad”, sostuvo Gerardo Perillo. Precisamente allí estaba ubicado el antiguo balneario Oriente, que fuera totalmente tapado por los médanos. Para evitar repetir la misma situación, los pobladores construyeron la localidad de Marisol, pero a más de 500 metros de la costa. Gracias a ello, hoy el médano y la playa están perfectamente conservados. Una situación similar se da unos kilómetros más atrás, en el balneario de Reta, donde  también se respeto al médano costero.
Pero en donde no se lo respetó fue en las localidades de Monte Hermoso y en Pehuén Có. Ambos lugares presentan hoy una fuerte erosión. En la zona de Pehuén Có, por ejemplo, el retroceso costero es del orden de los 6 metros por año. “Aquí la erosión también es producto de la destrucción del médano costero y de la creación de un camino que eliminó una forestación de tamariscos. En un determinado momento, esta vegetación plantada al inicio del desarrollo del balneario, ayudó a alimentar el médano costero. Pero como esos tamariscos desaparecieron, comenzó a formarse un acantilado. Y ahora la zona se está reduciendo y, en el corto plazo, muchas casas estarán en peligro”, sentenció en investigador.

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Crédito: Dr. Gerardo Perillo
Pehuén Có: derrumbes
en el médano.

Finalmente, en el extremo sur de la provincia sólo hay un balneario —La Chiquita—, que está ubicado en la costa del delta del Río Colorado. Se trata de una zona de muy baja densidad de población, con playas muy extensas, aunque también con procesos erosivos.
Perillo también fue consultado acerca de eventuales medidas para frenar el retroceso costero. El investigador señaló que fueron pocas y fallidas en esta zona. Principalmente, consisten en la colocación de rocas o construcciones rígidas en la playa, “una de las peores medidas que se pueden hacer en la costa”, afirmó categórico, agregando que cualquier medida para la reconstrucción de nuestras playas “se debe adaptar la naturaleza”, concluyó.


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