Desde hace 15 años participo en la formación de futuros Guardavidas, y me gustaría expresar algunas breves reflexiones, basadas en la observación y que vengo madurando, sobre todo en estos últimos años, en los que estoy a cargo del entrenamiento y de la evaluación de los aspirantes en las guardias profesionales.
El Perfil del Guardavidas actual
Por el Prof.: Marcelo Zanetti, de la Escuela de Guardavidas Ciudad de
Mar del Plata (Sindicato de Guardavidas y Afines de Gral. Pueyrredón)
Entre las distintas inquietudes que tengo y que me gustaría compartir con ustedes, está fundamentalmente, el observar que en la última década se ha ido profesionalizando la actividad del Guardavidas y que también se han desarrollado investigaciones acerca de la formación profesional del guardavidas, pero, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en la currícula de formación profesional la cual hoy ,se mantiene prácticamente igual desde cuando yo estudie, me formé y recibí de Guardavidas, hace ya mas de 20 años.
Particularmente entiendo que entre los puntos a considerar, se debe colocar en un lugar de preeminencia que los aspirantes a guardavidas son lentos en sus reacciones, tanto para llegar hasta el agua como, una vez ingresados al mar, en alcanzar a las “victimas”.
Independientemente de las variables individuales, esto sí es una constante a lo largo de los años, y no podemos ocultarnos a nosotros mismos, que estamos contribuyendo para que esto ocurra.
Este punto inmediatamente nos remite al entrenamiento y las evaluaciones que la currícula nos exige y que sería oportuno y muy beneficioso que revisáramos en pos de mejorar esta situación.
En efecto, resulta imprescindible revisar sobre que fundamentos se sostienen las diferentes evaluaciones o pruebas. Lo cierto es que no lo sabemos ,ya que no consta en la misma. Nada se dice al respecto.
Un ejemplo: en la prueba final de 2700 mts. de trote, ¿que se evalúa? ¿Capacidad aeróbica? ¿Volumen de oxígeno máximo? Se dice que es el test de Cooper pero si me remito al mismo, el test de Cooper es otra cosa.
Otro ejemplo: En los 600 mts de nado (200 crol-200 pecho-200 over) ¿Qué estamos evaluando? y me lo pregunto, porque: estamos haciendo nadar a los aspirantes 200 metros over y sin víctima, cuando con más de 20 años de Guardavidas en actividad nunca nade 200 metros over y menos sin víctima.
La cuestión es que no lo sabemos, porque no hemos, o mejor dicho no se han construido ciertos elementos de la preparación en función de la especificidad. No consta en la currícula de que se trata pero, algo es seguro: VELOCIDAD, NO ES.
Lo descrito anteriormente se ve reflejado cuando, llegado el momento, nuestros aspirantes deben correr en la arena y nadar en el mar, nuestro ámbito natural por excelencia, para expresarlo de un modo más exacto, EL AMBITO DE DESENVOLVIMIENTO PROFESIONAL para el cual se supone debemos preparar con el máximo de excelencia a nuestros aspirantes.
He tomado estas dos pruebas que son troncales en la currícula pero, del mismo modo podría haber tomado otras con la misma lógica y hacer el mismo análisis para concluir en los mismos razonamientos.
En tal sentido me atrevo a afirmar que, también en la parte teórica, que no es de menor envergadura, hay contenidos que también merecen una profunda revisión.
Por último, como una preocupación más que, también, deseo compartir con todos aquellos que estén abocados a nuestra actividad, propongo la siguiente reflexión: Si no ofrecemos entrenamiento especifico para habilidades especificas, (que no es ni más ni menos que uno de los principios básicos del entrenamiento), los futuros guardavidas, una vez recibidos, no contarán con las herramientas para mejorar, y estas falencias se mantendrán e irán empeorando con el transcurso del tiempo. (sin ir más lejos es dable observar, actualmente que guardavidas que se preparan para la temporada estival, basando su entrenamiento en sesiones de 1000, 1500, 2000 o más mts. de nado continuado, sin ningún cambio de ritmo, ¡ni hablar de “piques“!.
Tal vez sea el momento en el cual debamos detenernos y revisar el perfil de Guardavidas que deseamos formar. Parece necesario en este punto revisar y rediseñar los contenidos curriculares en pos de su aplicación sobre las nuevas generaciónes de aspirantes, para procurar seguir manteniendo el reconocimiento que hoy tenemos y, de este modo, mejorar nuestra actividad.
Estas preocupaciones no son más que una invitación a que reflexionemos juntos.