Crédito foto: NA
La compleja situación por las cenizas se agrava ya que además de los problemas con el suministro de electricidad y agua, cerca de 3.000 personas del total de 11.087 habitantes de la ciudad decidieron dejar sus viviendas.
Esto, sumado a la resolución 0762 del Consejo Provincial de Educación, que dispuso el receso invernal para todos los establecimientos educativos de distintos niveles y modalidades de enseñanza a partir de anteayer y por más de un mes, aceleró la decisión que algunos estaban postergando.
Sin embargo, la situación no es fácil. Las familias se dividen y mientras las mujeres y los niños parten hacia casas de familiares, los jefes de hogar se quedan por sus trabajos y para cuidar sus propiedades según informa un matutino.
Y entre los que se quedan están los voluntarios que acuden de manera diaria para conformar grupos de ayuda a quienes no pueden limpiar techos o casas. Las organizaciones de la ciudad también aportan su personal y las fuerzas de seguridad como el Ejército, que desplegó 110 hombres y 40 vehículos.
Cabe señalar que todo esto significa que la temporada de esa Villa turística, esta perdida.
Y esto último, sabemos lo que representa. Los marplatenses también somos una ciudad turística; ofrecemos servicios turísticos y también sabemos que la economía regional se resiente cuando las temporadas no son buenas. Imaginemos una catástrofe que nos dejara sin playas durante todo un verano y tendremos una idea aproximada del drama que atraviesa Villa la Angostura y sus habitantes.
Para nosotros además, como guardavidas tiene un agregado; un compañero y amigo se encuentra desde hace muchos años trabajando y viviendo en esa hermosa localidad cordillerana, haciendo un gran trabajo por el Salvamento Acuático, creando numerosos puestos de trabajo para guardavidas y sabemos que por las responsabilidades que asumió en esa sociedad está trabajando a destajo como tantos otros, enfrentando la adversidad.
Para el y a través suyo, van nuestros mejores sentimientos para todos los habitantes de Villa la Angostura. Sabemos de su capacidad y tesón. De modo que desde estas líneas le hacemos llegar un fuerte abrazo y nos ponemos a su entera disposición.
Todo pasa. Pronto será un mal recuerdo. ¡FUERZA, MARCOS!
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